24.2.10

¡Ay! Siempre son contados aquellos cuyo corazón conserva largo tiempo sus ánimos y su impetuosidad; en este pequeño grupo el espíritu permanece perseverante. Todo el resto es cobardía. El resto es siempre la mayoría, los vulgares y los superfluos; los que están de más... ¡Todos ellos son cobardes! Quien sea de mi especie topará en su camino con aventuras semejantes a las mías: de suerte que sus primeros compañeros deberán ser cadáveres y acróbatas. Los segundos compañeros, sin embargo, se llamarán los creyentes: una animada multitud, mucho amor, mucha locura; mucha veneración infantil. Quien pertenezca a mi especie entre las personas deberá ligar su corazón a estos creyentes. ¡Quien conozca la especie humana, feble y huidiza, no deberá creer en estas primaveras ni en estas policromas praderas! Si estos creyentes pudiesen de otra manera, querrían de otra manera también. Lo que no es más que a medias, destruye a todo lo que es completo.


Friedrich Nietzsche, Así Habló Zaratustra.

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