22.12.09

No puedo decidirme a quedarme tan desnudo y tan solo en medio de la vida; también yo soy un pobre perro flaco, que necesita un poco de calor y de alimento y quisiera sentirse de cuando en cuando entre sus semejantes. Aquél que verdaderamente no quiere más que su destino no tiene ya semejantes y se alza solitario sobre la Tierra, teniendo sólo en torno suyo los helados espacios infinitos, sin modelos ni ideales, sin amores ni consuelos.


Hermann Hesse, Demian.

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